Falsos mitos sobre el cambio automático

Son mucho los argumentos variopintos, e incluso peregrinos, que plantean algunos automovilistas para rechazar los sistemas de transmisión automáticos. Sin embargo, la mayor parte de las veces se trata más de leyendas urbanas y creencias obsoletas que de una certeza en la actualidad. Casi todo lo que se piensa del automatismo se aleja de la realidad y estos son los argumentos para demostrarlo. Sin olvidar que todos los modelos eléctricos, el futuro de la movilidad sostenible, recurren a transmisiones continuas.

   Son para malos conductores
Algunos afirman que el cambio manual es para quienes les gusta conducir, Sin embargo, lo correcto sería decir si te gusta pisar el embrague… Porque por lo demás, los modernos cambios automáticos permiten un control casi absoluto de sus funciones, manejando la palanca de modo secuencial (adelante y atrás) o incluso con levas en el volante. El conductor puede decidir siempre cuando subir o bajar de marcha, sólo se evita la acción de pisar el pedal del embrague.

   Poca fiabilidad
Es cierto que tiempo atrás los cambios automáticos daban más problemas de los deseables. Eso hoy es historia. Las modernas transmisiones son tan fiables como cualquier caja manual o incluso más y su mantenimiento tampoco es necesariamente más complejo o costoso. Y no sólo presentan ventajas para el propio sistema, el resto del motor también se beneficia de la eficacia que aporta la gestión electrónica del mismo. Un ordenador suele ser más efectivo que una persona en determinadas tareas. El único punto débil para el cambio automático es que si la avería llega a producirse (tampoco son irrompibles) la reparación o sustitución puede resultar más costosa.

   Mayores consumos
Otro sambenito . Las características de antiguas transmisiones automáticas propiciaban que fueran menos eficientes que las manuales, pero a día de hoy no hay diferencias determinantes entre ambos. Es más, si confiamos en la electrónica podremos obtener consumos que difícilmente se consiguen con el manejo manual, sobre todo en aquellos casos en los que se dispone de diferentes modos de gestión incluyendo uno económico.

   Eficacia del proceso
Pisar el embrague y mover la palanca es más lento que la operación de cambio que realiza un sofisticado sistema automático, especialmente los de doble embrague capaz tener preparada siempre la siguiente marcha para su inserción, al dividirlas en grupos de impares y pares. Ni el conductor más hábil podría hacer lo mismo en décimas de segundo. La prueba irrefutable es que los coches de competición utilizan transmisiones automáticas desde hace ya tiempo, si fueran más lentos se habrían desechado.

Complicaciones de manejo
Muchos consideran los cambios automáticos complicados de manejar para aprovechar todo su potencial. En absoluto. Si preferimos intervenir en su funcionamiento (es decir, no dejar que haga de forma autónoma su trabajo) el uso es intuitivo y sencillo, sólo nos debemos de olvidar del engorro de pisar el pedal del embrague para cambiar fácilmente de marcha mediante la palanca de cambio o las levas en el volante. Y sin necesidad de prestar atención al proceso de coordinación del accionamiento del embrague con el movimiento de una palanca en H.

Preguntas más frecuentes sobre el cambio automático

Cada vez hay más cajas automáticas en los coches de hoy y los conductores las piden con mayor frecuencia. Comodidad en el tráfico, modernidad (ya son cajas de muchas relaciones que aprovechan mejor el torque del motor y con la opción de usarlas manualmente), confiabilidad, eficiencia y poca diferencia de precio son algunos de sus puntos a favor.

En la actualidad, en el mercado del motor, las cosas están cambiando y hay que irse preparando a la gradual desaparición de la caja mecánica en un plazo no muy largo. Ya existen muchos modelos que solo se venden con la opción automática y con las variantes de usarlas manualmente, que los fabricantes bautizan con nombres pintorescos y comerciales, usualmente terminados en ‘tronic’.

Pero este mecanismo sigue despertando dudas y hasta sospechas sobre su funcionamiento y duración, con razones justificadas si traemos su pasado tecnológico a colación. De ahí que estas preguntas y respuestas sobre el tema puedan ser útiles.

1-. ¿Por qué hay cajas automáticas que sólo tienen la posición ‘Drive’, mientras que otras tienen la posición L y hasta 2 posiciones en el esquema?
En tiempos ya anticuados en la tecnología, lo mínimo que se veía era ‘Drive’ y ‘Low’, o sea, dos cambios, y por consiguiente esas posiciones de palancas. Como decir que un carro solo tiene primera y tercera. Luego aparecen las cajas con tres cambios, por consiguiente figuran D, 2 y Low y, más adelante, D, 3 ,2 y Low cuando tienen cuatro cambios. Hoy con cinco y hasta nueve cambios adelante, la indicación es digital en el tablero y las marchas se seleccionan escalonadamente a mano, desde el timón o en la palanca tradicional.

2. ¿Cómo es una caja secuencial o manual?
Todas las cajas automáticas, desde la primera hasta la más moderna, son secuenciales, lo cual quiere decir que los cambios suben o bajan ordenadamente y en secuencia. No se puede, por ejemplo, pasar de quinta a segunda en una sola operación, como en la manual. La caja automática recorre, así sea brevemente, toda la cascada de piñones. Luego no es nada novedoso lo que anuncian como ‘secuencial’.

3.- ¿Entonces, cuál es el cuento?
La historia es que gracias a mecanismos de ‘clutch automático’, mucho más rápidos, uno puede ir seleccionando en la palanca o en el timón que la caja suba o baje los cambios, pero de todas maneras hay que esperar a que las revoluciones y el torque se sincronicen porque la caja no va a permitir pasar de sexta a primera, por ejemplo, en una sola operación. Hay cajas que hacen estos cambios mucho más rápido que otras, de acuerdo con sus programas electrónicos y el tiempo de reacción de los componentes, pero nunca sucederán a destiempo, es decir que el motor se pase de revoluciones en un rebaje porque el cambio inferior solo engancha si hay espacio en el tacómetro para recibir el anterior. Hacia arriba sí suben casi a voluntad del piloto. Hay inclusive cajas que engatillan el cambio siguiente para soltarlo mucho más rápido y evitar las esperas que el sistema suele tener.

4.- ¿Cómo se le puede ayudar a la transmisión automática tradicional para que el motor no se cuelgue en pendientes?
Realmente, el juego es el mismo que en una caja mecánica. Hay que ir a buscar el cambio en el cual el motor esté en las revoluciones de su mejor rendimiento. ¿Cómo se hace? Para evitar las esperas que tienen los sistemas de las cajas, si funcionan solo en automático, uno puede pedir el cambio que necesita colocando la palanca en la posición que desea y sostener el motor en ese régimen sin que se caiga al cambio siguiente, que suele ser el problema por el cual se ven carros colgados en las montañas, pero por mal manejo de las opciones de la caja. No tenga miedo en acelerar el motor hasta el máximo del tacómetro. Para eso es la máquina y es imperativo usarla en la montaña para que el carro circule a buen ritmo.

5.- ¿Es posible hacer un sobrepaso en subida con una caja automática?
Por supuesto que sí. Hay dos formas. Si uno presiona bruscamente el acelerador al fondo, el sistema de inmediato busca el cambio anterior y lo engancha. Esto tiene cierta demora y puede ser ruidoso y hasta brusco, sobre todo si es una caja de pocas relaciones, porque la diferencia va a ser importante. La otra manera es con la palanca si tiene el famoso modo secuencial, caso en el cual es una unidad más moderna. El resto dependerá de que el motor tenga el torque suficiente para recuperar velocidad y hacer el sobrepaso. Porque no se le puede echar toda la culpa de la pereza de un carro al sistema de la caja.

6.- ¿En los descensos, la ‘frenada de caja’ aplica también para las transmisiones automáticas?
No se debe hablar de frenar con la caja pues ese elemento no está hecho para eso. Los frenos son los que deben desacelerar y parar el carro pues son sistemas inmediatos de alta eficiencia. Pero en largas bajadas, por velocidad y espacio, es obligatorio apoyarse en el trabajo de frenado que hace el motor en cambios bajos y sostener de esta manera una velocidad racional sin usar cada 20 metros los frenos pues estos se recalientan. ¿Cómo se hace? Simplemente coloque la caja en una posición de cambio más bajo, 4ª, 3ª, 2ª y hasta 1ª, dependiendo de la cantidad de marchas y se deja ahí pues en esas posiciones la caja no cambia, al contrario de si la deja en ‘Drive’ o D. Usualmente, trate de bajar con el mismo cambio que necesitaría para subir en sentido opuesto esa misma pendiente. No importa si es en primera. Si su caja automática es de las de primera generación, una opción es bajar la velocidad en el descenso y pasar la caja a ‘Low’ o L.

7.- ¿Además de la posición ‘Drive’ D, cuáles otras ayudas tienen las cajas automáticas para ascensos o descensos?
Ninguna más, y nunca el ‘Drive’ porque esa es precisamente la posición en la cual el motor y la caja siempre buscan el cambio más largo y que menos sostenimiento adicional puede proporcionar en largas bajadas. O bien, el mejor momento del motor para acelerar y subir más rápido. ‘Drive’ es para ciudad y terreno plano, como recomendación muy genérica.

8.- ¿En una transmisión automática con manejo seudo manual, cómo se realiza el paso de velocidades, por oído o por revoluciones?
No hay ‘seudo manual’. Es o no es automática. Los cambios se hacen en unas cajas por la lectura de torque y rpm que hace un mecanismo que va en lugar del embrague tradicional y que se llama precisamente convertidor.
Otras cajas tienen embrague pero este funciona de manera automática en coordinación con la caja, de manera transparente para el piloto, y no hay tercer pedal. Las revoluciones son el momento más determinante porque si uno se queda con el pedal al fondo, cualquiera de esas cajas va a sostener el cambio hasta el tope de rpm del motor y tampoco lo podrá exceder como pasa con una manual si se queda con el ‘acelerador pegado’.

9.- ¿Cómo se hacen los cambios en las cajas automáticas con paletas en el volante? Por ejemplo, hacia arriba es para menor o mayor velocidad, o para menor o mayor torque?
Las cajas actuales son manejadas por su sistema básicamente hidráulico que a su vez es comandado por electro válvulas que reciben señales de un computador. Esas señales son esencialmente las revoluciones y la posición de la palanca que en realidad es un switch que dispara una función de la caja. Ese switch se puede colocar en la palanca o en las levas del timón. Ya es cuestión de cables con electricidad, no de varillas. Cada fabricante lo programa como le parece y sería hora de que todos se pusieran de acuerdo en el sentido en el cual suben y bajan los cambios y de cuál palanca y en qué sentido hace lo propio desde el timón. Cuando se trabaja con estas opciones, la escogencia de torque o rpm es del piloto.

10.- ¿Una caja del tipo CVT se debe manejar de la misma forma que las automáticas en las carreteras de montaña?
Pues sí, dependiendo de las opciones que tenga. Hoy, a la mayoría les tienen programados unos puntos de cambio a las correas que equivaldrían a las relaciones de la caja y, en ese caso, se buscan con los mandos los puntos convenientes. Las primeras cajas CVT en automóviles carecen de esta función y son mucho más complejas e ineficaces de manejar en la montaña.

11.- ¿Si hay condiciones de baja adherencia, como lluvia o demás, hay que tener algún cuidado especial en el manejo de la caja automática?
Menos que con una manual pues al descender los cambios, cuya diferencia de relación podría causar un bloqueo de las ruedas traseras que se pararían si se pisa el embrague a destiempo o bruscamente.
La automática no recibe el cambio más bajo sino en el momento en que el motor está en la gama de rpm correcta y lo hace muy progresivamente.

¿Qué debes saber sobre las cajas automáticas?

Partes que forman la caja de cambios

La caja de cambios cuenta con una serie de ruedas dentadas que se disponen en tres árboles:

  • Primario: recibe el movimiento a la mismas revoluciones de giro del motor y en su mismo sentido. En las cajas longitudinales suele llevar únicamente un piñón conductor.
  • Intermedio: Inexistente en las cajas transversales, es el denominado contraeje u opuesto y consta de un piñón corona que engrana con el árbol primario, así como de varios piñones que forman parte de un todo con el eje y que giran en el sentido opuesto al motor.
  • Secundario: Consta de varios engranajes conducidos que están sueltos, pero pueden unirse mediante un sistema de desplazables. Su sentido de giro coincide con el del motor si se trata de una caja de cambios longitudinal y es opuesto en el caso de las transversales.
  • Eje de marcha atrás: lleva un piñón interpuesto entre los árboles intermedio y secundario (caja de cambios longitudinal) o entre el primario y el secundario (transversal). De ese modo, invierte el sentido de giro habitual del árbol secundario. En este caso el dentado es recto y no helicoidal.
  • Carcasa: se trata de la cubierta que protege todos los componentes de la caja de cambios, además de asegurar la lubricación de los mismos, pues está llena de aceite. Suele estar fabricada en acero, aluminio o magnesio.

Tipos de cajas de cambios

  • Manual: es la más común y acostumbra a tener tres ejes. El eje primario recibe el par motor a través del embrague y lo transmite al eje intermedio. El conductor debe alterar la transmisión a través de la palanca de cambios.
  • Automática pilotada: es un tipo de caja automática que incluye un control electrónico para embrague y caja de cambios. Suele contar con dos embragues, uno para las relaciones pares y otro para las impares. Dentro de las cajas automáticas, es la de menor coste.
  • Automática con convertidor de par: tiene un convertidor que comunica la caja de cambios con la transmisión. Está dotada de trenes epicicloidales y es muy pesada, pero ofrece un buen rendimiento y es resistente. Su principio básico es tener la siguiente marcha preparada para reducir el tiempo de la operación.
  • Automática de variación continua: Es muy frecuente en ciclomotores, pero este tipo de caja (CVT) es poco utilizada en coches. Incorpora un controlador electrónico.

Posibles averías en la caja de cambios

En las cajas manuales, los síntomas a tener en cuenta son los siguientes:

Bloqueo al intentar cambiar de marcha: Los bolillos de seguridad bloquean el acceso a más de una marcha a la vez, pero si se desgastan entrarán dos a la vez y el eje secundario se quedará atascado al girar a dos velocidades diferentes. Hay que colocar bolillos nuevos.

Ruido al meter una marcha: probablemente hablamos de un desajuste del embrague, algo que se suele solucionar con la tensión del cable del embrague y el reajuste del tope para que la operación de desembrague sea completa. Conviene revisar el desgaste de los sincronizadores y el estado de los anillos.

Dificultad para meter marcha: el mando del embrague podría estar desajustado y habría que tensar de nuevo el cable. En caso de persistir, es recomendable lubricar y ajustar el varillaje de accionamiento del cambio.

En lo que respecta a las cajas de cambios automáticas, los síntomas pueden ser:

Las marchas resbalan al intentar cambiar: mala lubricación, reponer el nivel de aceite.

Aceleración pobre en todas las marchas: Avería en el convertidor de par que impide que el rodamiento unidireccional funcione. Comprobar antes el nivel de aceite.

No cambia de marchas: avería general o mal ajuste del mando. Verificar presiones y ajustar el mismo o realizar revisión completa en el taller.

Automatic Box, tu taller de cambio automático en Sevilla

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Consejos para ahorrar combustible en tu coche automático

El ahorro de gasolina en coches automáticos ha de hacerse en función del tipo de conducción. Es decir, al contrario de lo que sucede en los manuales, en los cuales es posible reducir el consumo utilizando marchas largas a velocidades reducidas, en estos hay que acondicionar el modo de conducción y, sobre todo, tener cuidado al pisar el acelerador para conseguirlo. La velocidad a la que se necesita circular y la carga son factores claves.

Por ejemplo, al circular por carretera, es importante seleccionar la D (Drive) o la A (Automatic) de la palanca de cambios. Esto se debe, fundamentalmente, a que son los dos modos especialmente pensados para este tipo de vías en las que se requiere ir a velocidades elevadas. Especialmente poco aconsejable es activar el modo S (Sport), ya que conllevará una configuración más deportiva que revolucionará en exceso el motor. Como es obvio, cuanto más gire y a más velocidad se desplace, mayor será el consumo.

Uno de los grandes atractivos de los sistemas de cambio automáticos es que no requieren mantener el pedal del freno pisado cuando el conductor se detiene, por ejemplo, en un semáforo. De hecho, basta con seleccionar la N (Neutral), para que el vehículo se detenga. Respecto a cómo ahorrar combustible en un auto automático, esta característica es muy útil. Y es que, al accionarla, el coche deja de gastar carburante, algo que no haría si se mantiene en D, A o S con el pedal del freno pisado.

Por su parte, también resulta útil mantener velocidades constantes en carretera que ronden los 100 km/h ya que, a partir de esa barrera, los coches automáticos tienden a incrementar mucho el consumo de combustible. Aunque esta es una característica propia de todos los vehículos, lo cierto es que en ellos es especialmente palpable. En cualquier caso, a la hora de efectuar un adelantamiento o cualquier maniobra similar, hay que dejar de lado el gasto y pensar, única y exclusivamente, en la seguridad.

Comprueba la presión de los neumáticos. Los neumáticos deben ir hinchados a la presión indicada por el fabricante y según las condiciones climatológicas (con mucho frío el neumático necesita un poco más de presión). Conducir usando neumáticos con una presión de 0,5 bares inferior a la correcta hace que el consumo aumente en un 2 por ciento en áreas urbanas y un 4 por ciento en las interurbanas.

Planifica bien tu viaje. Un viaje bien planificado te permitirá llegar a tu destino de la manera más rápida, fácil y segura, y ahorrando combustible. Alargar solo diez minutos el viaje de una hora puede provocar un aumento del consumo en gasolina o gasoil de hasta un 14 por ciento.

Haz limpieza y deja en el maletero lo imprescindible. Antes de emprender la marcha, más si se trata de un viaje, debes racionalizar el volumen y el reparto de la carga. No solo es una cuestión de espacio, conducir con 100 kilos de peso innecesarios a bordo ocasiona que el consumo de combustible, en un coche de tamaño medio, se dispare hasta un 6 por ciento.

 

Como conducir en invierno con seguridad

En Automatic Box, especialistas en cajas de cambio automáticas en Sevilla te ofrecemos una serie de consejos sobre seguridad vial para que seas lo más previsor y precavido al volante durante temporadas de climatología invernal adversa.

Con el frío llegan las nevadas: la nieve, el hielo o la calzada deslizante por la llovizna, unidas a las bajas temperaturas, suponen un factor de riesgo para la conducción, pues puede provocar que el conductor pierda el control del vehículo, patine en alguna frenada y pierda la adherencia. Para reducir los riesgos de sufrir un accidente derivado de las condiciones que provoca el frío, en Automatic Box, especialistas en cajas de cambio automáticas en Sevilla os queremos dar una serie de consejos preventivos a los conductores.

  • Planifica la ruta
    Antes de salir decide el itinerario haciendo uso de carreteras habituales o conocidas y consulta el estado del tráfico, la predicción meteorológica y en caso de que esta sea muy desfavorable, evita coger el coche. Asegúrate de que el depósito de combustible esté lleno para garantizar que se puede hacer uso de la calefacción en caso de que el vehículo quede inmovilizado.
  • Duplica la distancia de seguridad
    Al conducir en invierno es probable que el campo de visión sobre la carretera se reduzca y las condiciones de la misma no sean óptimas, haciendo necesario que el conductor sea más precavido durante su conducción; para evitar incidentes con otros vehículos duplica la distancia de seguridad con respecto al vehículo precedente.
  • Enciende las luces
    En invierno hay peor visibilidad y menos horas de luz, por lo tanto se hace indispensable hacer uso del sistema de iluminación del vehículo para guiarnos sobre la carretera. En caso de que exista nieve sobre la calzada, sigue el trazado marcado por otros vehículos sobre la nieve para reconocer mejor el recorrido y las maniobras que han realizado con anterioridad.
  • Revisa el estado del coche
    Es importante garantizar que el sistema de iluminación, los cristales y los limpiaparabrisas están en perfectas condiciones para tener una buena visibilidad. Se ha de revisar también el sistema de frenos, de refrigeración y el nivel de líquido anticongelante. Asegúrate de llevar las cadenas por si hay nieve en la carretera y revisa que los neumáticos no estén desgastados y tengan la presión recomendada por el fabricante.
  • No conduzcas con velocidad crucero
    Dado que es necesario estar alerta y pendiente en todo momento de lo que sucede en la carretera, evita fijar una velocidad constante usando el control de velocidad; en cambio, conduce de forma manual para adaptar la conducción según sea necesario a lo largo del recorrido.

  • Reduce la velocidad
    A más velocidad, menos control del vehículo. El estado de las carreteras suele empeorar cuando hay hielo o nieve sobre ellas, haciendo que la conducción sea más difícil e impredecible en caso de una frenazo o volantazo. Para evitar contratiempos, reduce la velocidad de circulación, adaptándola en todo momento a la situación de la vía, para poder controlar con mayor efectividad el vehículo.

Alrededor del 30% de los fallecidos y de los heridos hospitalizados se producen en invierno, siendo la lluvia y la niebla las causas climatológicas que provocan más siniestros.

La planificación del viaje, la revisión y puesta a punto del vehículo y la información sobre el estado del tráfico son vitales, así como el uso de sistemas de retención y la conducción precavida. Al igual que durante el resto del año, nada de alcohol ni drogas al volante, siempre hay que viajar con los sistemas de retención y respetar las normas. Si tiene previsto salir, estudie el recorrido con antelación (aunque lo conozca), consulte el estado del tráfico, de las carreteras y la previsión del tiempo durante el periodo de vacaciones.

Consejos para cuidar tu cambio automático

Si tienes un coche con cambio automático ya habrás descubierto la cómoda conducción que te permite en ciudad y en los viajes largos. Pero debes saber que un coche con caja automática necesita una serie de cuidados diferentes a los que quizás no estés acostumbrado. Por ello, te dejamos aquí estamos consejos para alarga la vida de tu caja de cambios. Estos consejos son aplicables a cajas de cambio automáticas de convertidor de par. Aunque también son aplicables de cambio pilotadas, a cajas de cambio de variador continuo o a las cajas de cambio de doble embrague, de difusión ya global y masiva en estos momentos.

No olvides el freno de mano

No uses la posición de parking (P) como freno de mano. Este gesto (bastante habitual) es especialmente grave en cuestas pronunciadas. La extensión excesiva que se crea en la caja de cambio, provoca averías prematuras y holgaduras innecesarias. ¿Cómo hacerlo de forma correcta? En primer lugar, pon el freno de mano y, cuando el coche ya repose sobre él, utiliza la palanca P

Palanca en punto muerto

Como ya habrás comprobado, los coches automáticos no se calan. Aún así en el caso de las cajas tradicionales es recomendable dejar la palanca en N, cuando efectuemos paradas de larga duración. El objetivo es salvaguardar la mecánica; las vibraciones que llegan al habitáculo son menores

Freno pisado y parado para mover la palanca

Algunos coches modernos no requieren que estés atento a este consejo, pues sencillamente no te dejaran mover la palanca si no estás detenido. Pero en muchos coches antiguos este error puede provocar problemas graves. El coche automático no está diseñado para cambiar los modos en movimiento, y hacerlos sometnen al mecanismo a una presión para la que no están preparados. Por eso, recuerda que si has de pasar de P a D, el coche debe estar detenido. Lo mismo si metemos marcha atrás o ponemos posición de parking.

Aceite de la caja de cambios

Con la misma normalidad que cambias el aceite del motor del coche cada ciertos kilómetros, tienes que acostumbrarte a revisar el aceite de la caja de cambios. Y es que las cajas automáticas están bañadas en fluido lubricante, por ello es necesario revisarlas.

Es el caso de de un cambio automático de convertidor de par o en las cajas de doble embrague con embrague bañado de aceite, (popularizadas por las famosas DSG de seis o siete relaciones del Grupo Volkswagen). Pero no vale reemplazarlas de cualquier manera. Tienes que respetar los intervalos de sustitución y el fluido de transmisión tiene que ser adecuado. Además, debes revisar con mucha atención que el liquido hidráulico que está contenido dentro del modulador de vacío no gotee fluidos. En caso de que ocurriese, la mejor solución es revisar el sello o la empaquetadura del carter.

Cuidado cuando te remolquen

Nunca sabemos cuándo vamos a tener una avería y vamos a necesitar la ayuda de una grúa. Al igual que en los coches con cajas de cambio manual, la caja de cambios debe estar en punto muerto. Algunos coches poner el punto muerto requiere hacer cambios en el interior de las molduras. Si no sabes cómo poner el punto muerto, debe llevarlo una grúa de plataforma pues si lo arrastra (sin tener el punto muerto) la avería puede ser realmente cara.

Nada de punta-tacón

Considerando que un cambio automático trabaja en constante comunicación con el servo freno, es recomendable no practicar técnicas poco habituales fuera del mundo de la competición, como pisar el acelerador y freno al mismo tiempo o trabar las ruedas con el freno de mano para deslizar el tren posterior (sí, hacer un trompo). Al hacerlo, pueden dañarse los moduladores de vacío del cerebro hidráulico de la caja de cambios.

Estos pasos tan sencillos te permitirán ahorrarte graves averías que en el caso de los coches eléctricos pueden llegar a las cuatro cifras. Recuerda, que el buen mantenimiento y las buenas prácticas siempre son los mejores aliados para tu coche.